Alguna vez, platicando con alguno de mis tíos, en temas sobre la violencia generalizada, narcotráfico y otros temas que nos acechan en México como sombras, salió a colación el cine gore. La cuestión fue, que para mi tío, los individuos que ve este tipo de cine, tienden a ser criminales o potencialmente lo son, ya que según él, una persona que muestra afición por la sangre y los cortes finos, es una persona mentalmente dañaba. Por supuesto que esto no es así, y las pruebas están a la vista de todos, me pregunto si gente como El Chapo Guzmán o Carlos Salinas de Gortari son aficionados a este tipo de cine, o Carlos Romero Deschamps y Elba Esther Gordillo, o gente como “La Barbie”, o “La mataviejitas”; es más los narcotraficantes son en su gran mayoría aficionados a la llamada "música norteña" o a la "música grupera", y sus aspiraciones artísticas están encuadradas dentro de los cánones más vulgares y ramplones. Claro que siempre hay degenerados que quieren rebasar la delgada línea entre realidad y ficción y llevara cabo sus más bochornosos pensamientos, y claro está, son enfermos mentales, tales como los serial killers, pero por lo regular son pocos.
Los aficionados a este tipo de cine que yo he conocido, son gente con un bagaje cultural más amplio que una persona común, y por lo regular tienden a ser más críticos y concienzudos sobre lo que pasa a su alrededor, es decir, son más responsables. Por ello achacar violencia y corrupción mental a este tipo de gustos cinematográficos, es un gran error.
Ello lo digo porque en la música pasa lo mismo. El metal en sus versiones más extremas tiende a tratar temas como violencia, asesinatos, y sangre, o algunas veces trata temas sobre el mismísimo Satanás, o agárrense, sobre temas blasfemos. Y una de las bandas que mejor lo hace es sin duda Deicide. Sus principios se reducen tocar endemoniadamente hasta sacarle las últimas gotas de sangre a sus instrumentos, como una ofrenda para Satanás. Su death metal es fácilmente identificable porque la voz de Glen Benton es brutal, escupe fuego y no deja lugar a dudas: si en sus manos estuviera salvar al mundo, ya lo habría hecho pedazos.
Si es usted aficionado al metal despiadado, sin duda alguna Deicide no lo decepcionará. Porque ellos saben muy bien que el metal se toca con huevos. En fin, le dejo la liga para bajar este álbum llamado “Once Upon the Cross” (1995), que sin duda alguna, es uno de los discos más cabrones que se han hecho en la categoría del llamado death metal.
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