martes, 19 de julio de 2011

Ay qué tiempos, señor Don Simón

Uno es lo que el contexto socio-histórico determina, pero también lo que las relaciones más íntimas y elementales. Recuerdo mucho a mi abuelo, a quien considero la persona más extraordinaria que ha existido, creo que hubiera podido ser un general en la Revolución, no le temía a nada, aunque era temeroso de Dios, pero prefería las cosas sencillas, porque no necesitaba valerse de otro para sentirse importante; lo recuerdo con sus gafas oscuras y sombrero Tardan; le gustaba llevarme al parque a ver a las palomas y pichones, arrojarles algo de comida. Tenía una inteligencia nata, pero no me refiero a esa para hacer dinero, ni engañar a los demás, sino a un verdadero sentido común, de ese que hablaba Thomas Reid cuando de moral se trataba, pero también era capaz de retar a quien fuera a una pelea a muerte si fuera necesario, aunque él fuera ciego. Era un hombre sencillo, pero proyectaba una sabiduría de envidiar. Tres cosas me enseñó: a las mujeres no se les pega, los niños no lloran (y los adultos menos), a un hombre que no se ha emborrachado no se le puede llamar así.

Yo en cambio, caí por accidente, soy pusilánime y creo que nunca llegaré a ser como él. Nací 5 días antes del terremoto del 85, cuando me bautizaron, le robaron un automóvil deportivo a mis padres, prácticamente, el primer presidente que me tocó fue Salinas de Gortari, luego la crisis económica y para acabarla de fregar la derrota de la selección mexicana en el mundial del 94.

¿A qué quiero llegar con ésto? pues me imagino que muchos vivieron una situación como la mía, los de mi generación y cercanos, vimos cómo se caía el mundo a pedazos, la guerra del Golfo, el jodido rock nacional, la paranoia por el SIDA, etc. 

Creo que el final de la década de los 80's y principios de la década de los 90's fue una etapa caótica y llena de incertidumbres, y en el rock se transformó en propuestas musicales que apuntaban a eso, o sea la desilusión. Una de las bandas más representativas de los años 90's fue Nine Inch Nails, con Trent Reznor a la cabeza, y fue uno de los máximos exponentes del rock industrial. Bajo al influencia de KMFDM, Ministry, Skinny Puppy, Suicide, Front 242, y muchos más, ésta banda creó un estilo propio que hasta la fecha sorprende por innovadora y espesa, pues hasta el mismísimo David Bowie respeta el trabajo de Trent Reznor. En 1989 el mundo fue testigo de un álbum cabronsísimo, su nombre: Pretty Hate Machine, que marcaría un hito musical  no sólo por su propuesta, sino por venir de un grupo independiente. Qué más decir, sólo que disfruten esta música, violenta, machacona y compleja, como el final de los 80's y principios de los 90's.

1 comentario:

  1. sea la nostalgía un buen principio para ofrecer el apocaliptico mundo que nos ha tocado vivir. Cierto, a los que nacimos en la segunda mitad de los 80´s nos toco los más desolador de otras generaciones; no tenemos utopias, a qué lado unirnos si el llamado comunismo termino siendo una farsa de la burocracia, en qué contracultura creer si los hippies, los sesenteros del Mayo Frances, y, claro, los nuestros, terminaron en oficinas de gobierno, dónde buscar respuestas sí la chingona filosofía esta a un lado de las revistas de chismes, cúal rebeldía si a los chavitos prefieren emular el "mundo magico" de un Harry Potter a clavarse con antiheroes a la guisa del "el guardian sobre el centeno", o a la Meurseult de "El Extranjero", en fin nos toco el desencanto, pero gracias al universo, y no ha dios, jejeje, que de seguro él no sabe de pedos existenciales, tenemos la musica, fondo sonoro de la insatisfacción. Bien Kalep, muy bien...haber cuando hace una reseña de mi azotado Ian Curtis.

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