lunes, 18 de agosto de 2025

Warm Leatherette

Cada ramalazo era breve, conciso, autoritario; cada huella roja, contrastaba con las duras sábanas, impecablemente blancas, y el azul obscuro mate del cielo, triste pero soberano, brutal y silencioso, apenas apagado por el breve murmullo del dolor.

Ese ambiente malsano y parco, debió ser el pretexto poético y patético de las noches más feroces de Heliogábalo. ¿Qué es el dolor? ¿Qué es la esperanza? ambas parecen estar fundidas en la misma cosa.

Mis ojos eran de furia, pero los de ella eran sosegados, apenas resucitaba con cada nuevo latigazo. En un acto de imperdonable inmundicia, dijo que me amaba más que a sus padres... Tuve que azotarla de nuevo.

Sus palabras no eran sinceras, era un leve despertar del sueño, un leve regurgitar del penoso atragantantamiento de sensaciones nuevas. Sus ropas parecían cobrar vida, en contraste con su palidez extrema, una sutura de anteriores azotes, y marcas finas de castigos recientes, un Pollock de carne en blanco y negro. 

El viento cortante, no afilado pero sí amenazante, embriagador olor a musgo, a taiga aún no profanada, y el sol, qué era el sol sino una mala broma. Todo el sentido del mundo se calibró exactamente en esos instantes, en vez de sol, un foco groseramente blanco, en vez de pieles de bestias exóticas, muebles de cuero sintético. En vez de aplausos y gritos de aprobación, un leve murmullo de música, saliendo de la frecuencia modulada (FM). 

Si se observa con detenimiento el aparente negro uniforme de la noche, se puede ver una paleta amplísima de variedades; es la misma paleta del placer y el dolor, todos concentrados en el mismo punto de indiferencia del espectador. Sólo el que la sufre puede ascender o descender en la paleta. El santo y el máximo criminal se cruzan en el cénit de su obra. Y no me refiero a un balance ético, o una observación estética, sino a una realidad mundana, palpable. Así, mientras la azotaba, ella pedía más, pero no era capaz de llegar al cénit. Sólo vi que sus ojos se pusieron como platos, y su cuerpo, como si recibiera una descarga eléctrica, explotó en mil pedazos, sólo porque le dije una vil mentira, que el lazo con el que  la azotaba es con el que se había ahorcado Ian Curtis.



jueves, 23 de enero de 2025

El conjuro de los Nefilim


"¡Quien tenga oídos, que se fije y oiga! Yo callo: el lobo no está lejos de mí."

 Brant

 

Los diablos y verdugos, están esparcidos por millones en la tierra, se cree que es la naturaleza humana la que forjado sus corazones de fiera; la ciencia, y más específicamente, la etología y las más especializadas ramas de la neurociencia, se han inclinado bastante hacia un "determinismo ontológico", estableciendo de facto que, el universo es fácilmente abarcable por las más sesudas aéreas del saber humano. El miedo a la obscuridad, al azar, el pender de un hilo, son residuos del dolor que produce el nacimiento, y las pesadillas asolan diariamente a ésos diablos con el terrible recuerdo primigenio . Los límites del entendimiento humano, son apenas perceptibles, y los que rozan el horizonte, nadan en las inmarcesibles aguas de la locura. La magia negra es el resultado de la superación de la "ciencia exacta". Permítanme explicarme.

La alta poesía es, más que el acceso a las mieles celestiales y al terror celestial, una llave a los ignotos designios al que está destinado el género humano. La traza que hace el poeta de sus visiones, son como pinceladas de un niño, al describir el universo dentro de una hoja de papel. El Conde de Lautréamont, posiblemente uno de los más grandes poetas de la historia, en un frenesí bacanal, nadó, hacia mar abierto, contempló el asesinato de un tiburón, a manos de su pareja carnal,  una hembra tiburón, después hicieron el amor, y engendraron seres terroríficos, que viven en los abismos de los mares más remotos. "Los Cantos de Maldoror", no es sólo una obra literaria, es un testimonio en alta definición, de las vivencias de un iluminado, que vivió en carne propia, el ser un condenado en la tierra, al contemplar y sentir en carne propia el excelso mundo que nos gobierna, ¡a nosotros, los seres más ciegos del universo!

La isla descubierta en el Siglo XIX, por el Oficial Naval de origen británico, Maurice Vidal Portman, es posiblemente el descubrimiento más importante, después del descubrimiento del fuego. En efecto la Isla Sentinel del Norte, ubicada en el Océano Índico, posee los secretos más remotos de la existencia humana,  secretos que "la Ciencia" como la conocemos, no alcanzará nunca a explicar.

Si existe una raza superior, que nunca se ha mezclado con ninguna otra, es la tribu que habita la Isla. Se desconoce el idioma que hablan, no tienen ningún parentesco con las tribus más cercanas. Son hostiles a cualquiera que no sea de la tribu, los asesinan en el acto. 

Se cuenta que el Oficial Británico, después de ganarse confianza de los sentineleses, secuestró a algunos para llevarlos como animales raros al Viejo Continente. Craso error, además de ser engañado, (los  que llevó no eran propios de la tribu sino cautivos de otras) le lanzaron mil maldiciones que hasta ahora nos siguen castigado. Se sabe, por fuentes altamente confiables, que la tribu que habita la Isla, son descendientes de los Nefilim, los gigantes que eran el resultado de la unión de seres diabólicos (no humanos) con hembras humanas. El sabio Flavio Josefo, los menciona, como seres que asolaron a muchos pueblos, y fueron el terror de los judíos en la antigüedad. Se cree que fueron destruidos durante el gran diluvio con Noé. Se sabe que de la unión antinatural con algunos primates desconocidos, dieron nacimiento a la raza de los Sentinel, avezados primero en lo que conocemos como "Ciencia", evolucionaron después hacia la Magia Negra. En su gran viaje, Marco Polo, pasó de largo, evitó acercarse a la terrible isla, le contaron los nativos que eran caníbales; lo fueron, pero después se volvieron vegetarianos.

Se sabe que entrenaron a Buda, a Jesús y a Mahoma, ayudando a crear la mayor plaga de fanatismo hasta ahora, sólo por poner un ejemplo. En términos imprecisos se podría decir que son demiurgos del Universo que nos gobierna. Ellos educaron a Pitágoras de Samos para concebir su Armonía de las Esferas, sobre los sonidos del Universo, en perfecta sincronía, tanto tonal como matemáticamente , que son la base y la estabilidad del Universo, el resultado: el Silencio. Sólo audible para los iluminados. Los sentineleses, son capaces de producir disonancias fatales, a gran escala, en cualquier parte del universo, con el sólo soplar un hueso milenario.

A Screamin' Jay Hawkins lo entrenaron por diversión, y el loco lo mezcló con el blues que había aprendido, creando ésas obras maestras de la música popular. Ellos conocen todas la lenguas, pero nadie conoce la de ellos. Miles de años de hermetismo total, manejan el mundo y el sueño del resto de los mortales. Una de sus grandes habilidades es la manipulación del sueño de los terceros, sin importar la distancia geográfica. Se sabe que Jacobo Grinberg fue, durante su juventud, aceptado brevemente para ser entrenado, de manera laxa. Pero al enterarse de su avance, y del peligro que suponía al orden establecido, los sentineleses lo mandaron llamar, contra su voluntad; terminó reposando en el cardumen de almas negras que rodean la Isla, el cardumen del que bebió Lautréamont. Uno de sus experimentos fallidos dio como resultado el nacimiento de los Rockefeller, una deviación genética de una cruza con monos ovíparos endógenos (ya extintos desde hace miles de años). Un primitivo experimento, que estuvo guardado durante miles de años, y que terminó siendo olvidado, para después ser lanzado hacia el mar, ignorando que los "seres humanos creados", poseían una capacidad asombrosa para adaptarse y dominar seres humanos "reales".

Como en toda sociedad, hay una clase dominante, conocidos como Los Padres Sentileses, de sexualidad ambigua, y morfología desconocida, viven bajo tierra, se sabe que de vez en cuando salen a fumar una hierba autóctona, y salen a tocar unos instrumentos, en forma de vara, con arco de huesos, divirtiéndose de vez en cuando con hacer estallar el mundo con su  música. Una música que, sólo la fauna de las aguas abisales son capaces de detectar y de disfrutar.

 

 

 


 

 

lunes, 25 de marzo de 2024

Metamorfosis

 

" ¿Por qué luchan los seres vivos unos contra otros? La lucha es un proceso sempiterno en la naturaleza, y las pautas de comportamiento, así como las armas ofensivas y defensivas que les sirven, están perfeccionadas y se han formado tan claramente obligadas por la presión selectiva de su función conservadora de la especie que sin duda tenemos la obligación de plantear la cuestión darwiniana".       

Konrad Lorenz                                    

 

En un principio nadie protestó, las víctimas regulares eran unos pobres diablos: empleados del gobierno, amas de casa, clase trabajadora, y sobre todo gente en situación de calle. Imagina que comienzas a flotar, pero no puedes evitarlo, una nube de moscos te lleva en millones de patitas hacia lo desconocido, y por más que quieras, no puedes hacer nada. El caso que causó más morbo fue el de un adolescente, un influencer llamado "Mac anarcocapitalista", que como todos, vino de abajo, un pelmazo que se hizo rico diciendo estupideces en TikTok. Estaba felizmente subiendo una "historia", desde su lujoso departamento en la Torre Mayor, ubicado en la zona más exuberante del downtown, cuando una nebulosa de mosco irrumpió violentamente por el ventanal; cuando cogió su matamoscas ya era demasiado tarde, en un abrir y cerrar de ojos ya estaba flotando sobre la calle paralela a su hogar. Su video grabó parcialmente lo sucedido. Recibió millones de likes después de eso.

Los demás casos sucedieron de manera parecida, sobre todo en la noche, cuando las víctimas estaban en la duermevela. Como suele suceder en casos extraordinarios, la mayoría de las personas creyó que era un invento de la prensa amarilla. Lo que prendió las alarmas de la ciudad, fue una manta que apareció sobre unas de las principales avenidas, rezaba así: por nuestros hermanos múridos (sic), al lado de los restos humanos de una persona sin identificar. Al llegar la policía estaban revoloteando miles de mosquitos, que parecían disfrutar de una francachela de sangre.

Ante la insistencia de la sociedad civil por esclarecer el caso, se consultó a un especialista en la materia. Quien determinó que, efectivamente, los mosquitos fueron los autores intelectuales y materiales del crimen; dictamen que se apoyó en una colaboración interdisciplinaria, consultando a las máximas autoridades académicas del país.

Lo que primero fue sorna y burla, pronto se convirtió en histeria colectiva, volaron los aerosoles anti insecto, y todo tipo de artefactos para atacarlos.

En un principio, se creyó que la frase escrita en la manta hacía referencia a los seres más maltratados por los humanos, las ratas y ratones (los múridos). Pero después, el especialista dijo que los mosquitos habían evolucionado no sólo en cuanto a lenguaje, sino que habían cobrado concepción ontológica del Universo. De nuevo las risas no se hicieron esperar, hasta que el Sumo Pontífice fue secuestrado por los insectos voladores, mientras daba gracias a Dios por un día más. Se dice que lo crucificaron días después, pero no hay evidencia de eso. Lo que sí es importante recalcar, es que después de su desaparición, un testigo dijo haber visto un ángel en su casa, o lo más parecido a un ángel, quien tocó la ventana de su departamento sosteniendo la cabeza del Sumo Sacerdote. Lo curioso de su declaración, es que supuestamente el ángel zumbaba, y no tenía cabeza humana, pero sus ojos eran penetrantes como de un santo, y de su hocico prominente rezumaba sangre.

Las "apariciones de ángeles" se volvieron más frecuentes, y los zumbidos cada vez más atronadores y altaneros, como si fuera a caer una bomba atómica. Pronto se descubrió que, gracias un milagro de la naturaleza, los hombres mosco eran ya una realidad, y eran esclavos de los moscos primigenios. No se sabe si por alguna cuestión de radiación, o de una blasfemia mal dirigida contra el creador, pero ahí estaban, esperando dejar caer el telón de la dominación humana, bajo los nuevos principios de la destrucción sin precedente, en términos sociológicos, las consecuencias  no previstas de la acción humana.

La monótona melodía que abrió paso al milagro fue, en un principio ensordecedora, después de sumisión, de aceptación milagrosa, los ángeles insecto fueron tomando a las hembras para violarlas en medio de una multitud ensordecedora, incrédula, y a la vez, esperanzadora. El principio de una nueva raza había comenzado. Ni siquiera las armas más letales lo pudieron contener, el Presidente de la Nación más poderosa lloró ante tal milagro,  la Meca fue vilipendiada por los antes creyentes, los de ojos rasgados sepultaron sus antiguas y milenarias costumbres. Los habitantes de todas las partes del globo terráqueo sucumbieron a la inevitable destrucción de la civilización, todo fue lloriqueo, placer, una misa encarnada, los cielos se poblaron de manchas obscuras y los "ángeles" ya no usaban sólo la fuerza (cada vez menos necesaria), sino sus enormes falos, que eran también el cetro de la nueva humanidad; de ahora en adelante, el ganado humano sólo serviría a los obscuros intereses de los mosquitos gobernadores. Y sí, la melodía que escogieron esos infames seres, fue una interpretación mezquina de "Metamorphosis" de Philip Glass.

Los en un principio ignorantes hombres mosco, pronto desarrollaron una inteligencia superior, y al cabo de unos pocos meses, se escuchaba poesía  de altos vuelos, en la pantallas de anuncios se leían cosas como ésta:

"Tomando del contrato social solamente la obligación de demostrarse a sí mismo y experimentando en sí mismo que la guerra sólo se puede declarar a uno mismo, que se puede devastar sólo el propio territorio, que está en la cabeza, con su vida no sólo demostró que la explotación del hombre por el hombre es parte del pasado, sino que abolió en nombre del explosionalismo artístico incluso la lucha de clases, porque se puede vivir en paz a expensas del universo y de uno mismo"

Bohumil Hrabal

 

Curiosamente los parámetros sociales de dominación cambiaron radicalmente, no por el aumento del suicidio colectivo, sino por una fe religiosa en el vampirismo onanista, entendiendo por ello, lo que cada uno quiera entender...

 



 

sábado, 10 de junio de 2023

Beodos del Honky Tonk

Fue a unas cuantas millas de Memphis, un garito llamado Mayflower, -jejeje qué descaro-, donde chicas con los senos a punto de reventar de sus blusas nos servían whisky barato. Ahí entramos Jerry Lee Lewis y yo, unos meses antes de su aventura por el Reino Unido, donde unos ingleses mojigatos se ofendieron porque el de Luisiana sacó su peine de forma altanera, para echarse el copete para atrás, le gritaron -¡Maricaaa!-, para después ofender al respetable con esos sonidos del infierno que le sacó a su piano.

Ahí estábamos,  mientras Johnny Burnette tocaba con su Rock and Roll Trio, dándole a "Hound Dog", con ira incontenible, el bajeo hillbilly de Dorsey Burnette, y la guitarra desgarbada pero potente de Burlison como soporte de los gritos callejeros de Johnny.

-trae ese micrófono para acá- gritó Jerry Lee, -tráelo que tengo algo muy importante que decirles a todos-, dijo, mientras terminaba el número de los Burnette.

De su saco, salió una biblia barata y vociferó -Se anulará el pacto que hicieron con la muerte, quedará sin efecto su alianza con el sepulcro, cuando venga la calamidad abrumadora, a ustedes los aplastará, está en el Isaías veintiochooo!-

En medio del silencio desconcertante, se escuchó un gemido, un rumor, al fondo de ese telón de humo que no permitía ver más allá de dos metros. Acto seguido se sentó al piano, y de una patada hacia atrás sacó volando el banco con furia y determinación, y aporreó su instrumento con "End of the Road".

Por ahí alguien lanzó una pantaleta que fue a dar a la cara de Jerry Lee mientras terminaba su canción, pero él la arrancó con violencia y gritó -Maldita sea, tengo al diablo dentroooo!- y continuó con el profano tema "Great Balls of Fire". Créeme estimado lector, lectora, aquello fue como si alguien hubiera encendido el lugar, como si el gas ya estuviera circulando, flotando, esperando que alguien encendiera la llama, todos sentimos ese rumor a incendio. volaron vasos, botellas medo vacías, gritos, alaridos de placer. Tuve que resguardarme debajo de la mesa por seguridad con mi botella de bourbon. Cuando terminó, Jerry Lee le gritó a alguien -¡Chúpame esta negro!- pero oh sorpresa, -¡A tomar por el culo redneck! respondió alguien.

Imaginé que Jerry Lee se volcaría como una fiera hacia aquel valiente que le respondió, el tipo era el mismísimo Chuck Berry, pero por la sorna en su sonrisa, supe que era de broma, precedidos por una risotada compartida, se abrazaron y dijo Chuck -Regreso, voy a mear-. Al abrir la puerta del ¿sanitario? estaban los hermanos Burnette debatiéndose a puñetazos, con las manos ensangrentadas.

-Con permiso camaradas- dijo Chuck para pasar a orinar.

Regresa Chuck, coge su guitarra, comienza con el riff escandaloso de "Johnny B. Goode" y parecía como si el gentío se duplicara, gritos de dolor, de placer por doquier, blasfemias y lamentos. Al terminar, lleno de sudor y con los ojos como platos dijo -quiero que se unan conmigo en esta canción, ya sabemos que tenemos pase automático al infierno... ¡Hey tú Jerry, tú mocoso, que no sé quién demonios seas (dijo dirigiéndose a mí), vengan-!

En eso vi que Bill Black estaba por ahí, el famoso contrabajista de Elvis, y ya estaba tocando su instrumento.

-Cantarás "Drinkin´Wine Spo-Dee O´Dee- dijo Chuck dirigiéndose a mí.

-Pero estoy hasta atrás Chuck- Espeté

-No importa, saldrá mejor- dijo

-Bueno- le contesté  confirmando con mis hombros que no me importaba.

Así tocamos la que originalmente se iba a llamar "Drinkin´ Wine Motherfucker", y fue como si el espíritu de Stick McGhee estuviera presente por ahí. Los Burnette trío se unieron al coro y guitarras, y yo cantaba como podía; mi corazón estaba a punto de reventar, como si ese Rhythm & Blues endiablado me estuviera carcomiendo mis cables internos, el fuego era incesante, y el whisky mi salvación temporal, y  mi perdición futura.

En un momento de éxtasis alguien prendió fuego al piano, y aquello se convirtió en un aquelarre, no sé si fue Jerry Lee, pero todos adoraban al instrumento en llamas, las guitarras sonaban chirriantes, como un preámbulo a lo que haría Jimi Hendrix casi una década después.

Cuando desperté, estaba al lado de un río, con una paz pasmosa como compañera, y un mosquito enorme vomitando mi sangre, porque las cantidades industriales de alcohol que ingerí ofendieron a la misma naturaleza. Lo que más recordaba de aquella noche,  al despertar, es que alguien gritaba insistentemente -Que se joda el Grand Ole Opry!

 

 


martes, 29 de noviembre de 2022

Placeres Terrenales

 Tenía la impresión de encontrarme en una cueva en el mismísimo borde de la futura civilización en compañía de los nuevos cavernícolas cerebrados, un anticipo de los siglos venideros.

Norman Mailer

Después de recibir las gracias por suplir brevemente al batería Ringo Starr, durante la primera gira importante de The Beatles, Jimmie Nicol fue puesto en el aeropuerto con lo que sería su maleta, pero en lugar de ello le pusieron un estuche de guitarra. Mientras esperaba el avión en Melbourne, notó que el estuche hacía ruido, pero lo atribuyó a una crisis nerviosa, una resaca posterior al sueño de ser un Beatle por unos días. 

Más tarde, durante el trayecto que hizo en el Ferry (necesitaba un buen paseo marítimo), al pasar al sanitario, abrió el estuche por curiosidad, ni siquiera notó que no era su maleta, hasta minutos después de que salió del estuche una momia que databa del siglo XVIII, el diminuto ser que salió del estuche-tumba, se desperezó, y saludó a Jimmie, con un saludo de nariz. Sacó su cajita de rapé y le ofreció a Jimmie un polvo aromatizado, como recién salido de las orejas de Dios. Aspiró el cuasi tabaco que fue moda por aquélla época y viajó casi inmediatamente a otro lugar, un lugar extraterrenal, metafísico. Decir lugar suena demasiado racional. Con ojos de plató escuchó que el ser minúsculo dijo: es la Casa de Swedenborg, estamos en Júpiter. Los Arcanos Celestes brindan por ti.

Por un milagro de la ciencia-religiosa (válgame el oxímoron), el ser que emergió de aquél artilugio resultó ser un discípulo de Swedenborg, el ilustre Filósofo Místico Sueco. Le contó todo. El señor Swedenborg nos legó a este ser ¿humano? que sobrevivió en este estuche-tumba de fabricación casera, Lo arrojó al Mar Báltico, y de ahí viajó por el Atlántico ¡por más de 200 años!

Una casa de madreselvas vivientes le daban la bienvenida, le acariciaban, y le respondían a los estímulos más inmediatos, no era precisamente una casa, sino un enmarañado de plantas que en conjunto simulaban cierta coherencia espacial, de la que emergían formas luminosas de colores muy expresivos, pero melancólicos, como una pintura de Monet, con la melancolía  de un Degas. Con su peluca dieciochesca salió Emanuel Swedenborg de la casa, lo saludó con camaradería, y contó que el mismo polvo que había aspirado y le había causado unas risitas nerviosas, era el mismo polvo que él había dado a los más grandes músicos de la historia. Ahora él, sería uno de ellos.

El homúnculo que le llevó hasta allí, le comunicó algunos avances de la batería que serían patrón y vanguardia en su quehacer musical pop. Le mostró el astrolabio de avanzada, de fabricación de manos del mismo Swedenborg, hicieron cálculos, soltaron risotadas, saludaron a los habitantes de otras galaxias, conoció los planos de la Ciudad de Dios, saludó al gran Fidias, y le mostró la maqueta del gran proyecto colectivo.

Comprendió que el dolor nunca desaparece, se anestesia con la Música de las Esferas, como descubrió el gran Pitágoras. La musicología como una rama de la Filosofía, de acuerdo al Magister Musicae Hesse; sí, Hesse no era escritor, era músico  consumado, disfrazado de escritor, de redentor espiritual de la época. Los estorninos crepusculares volaron en fila, uniformes, hacia una luz que desafiaba los axiomas ópticos, de reflexión. Una paz llegó a su corazón, y reflexionó, y sonrió, comprendió que los días con The Beatles fueron grandiosos, pero eran nada, comparados con la música que salía de aquella tierra bendita, de aquella casa-luz-hogar, que habitaba Swedenborg; la casa de los Iluminados.

Pidió permiso para regresar unos años más a la tierra de la aflicción y la desdicha, pero antes escribió en una hoja de papel luz: "¡Te saludo!, ¡oh mente!, ¡oh tesoro celestial de los afligidos y los corazones excelentes!, bendice mi muerte, y resucitaré en aquéllos rayos de luz efervescente, Lux In Aracana, principio de realidad, ¡misterio develado al compás del disfraz solar!"

Al terminar, se arrojó al agujero que le llamaba, sin temor, ni nostalgia. regresó con sus amigos los mortales. Olvidó su copia del With The Beatles en casa de Swedenborg.




lunes, 8 de agosto de 2022

Pajeros del Metaverso

Es como si no fuera yo, y a su vez, como si

No pudiera ser otro YO

Una bala en el silencio del desierto, una gota de agua

(desfalleciendo)

Un descanso eterno que se prolonga en el

Ojo del muerto héroe con jubón y coleto.


Algún día, reflexionando sobre la naturaleza de mi carácter, llegué a pensar que los libros y la música lo habían forjado. Craso error, fueron algunos momentos de mi niñez, que las lecturas sólo se encargaron de reforzar, moldeando y reafirmando mi personalidad prefigurada. A veces las desgracias forjan el carácter de las personas, en mi familia materna viví de cerca la desgracia familiar; la ceguera de mi abuelo para empezar.

Mi abuelo perdió la vista a una edad madura, y no se inmutó, para él fue como perder un zapato, sólo siguió caminando, a mi abuela la atropelló un imbécil y la dejó inválida de por vida, y ella se dedicó, a partir de entonces, a arreglar su cajón, que contenía cosméticos y estampas de santos, donde merodeaban las cucarachas de la casa, siempre decía que sus nietos éramos guapos y buenos, que la gente de fuera era mala y malvada. Su desconfianza hacia los extraños era proverbial.

Mis abuelos maternos  eran originarios  de un diminuto pueblo llamado Buenavista de Cuéllar, ubicado en el Estado de Guerrero, en los límites del Estado de Morelos, donde se cuenta que echaron a la gente de Emiliano Zapata, cuando se querían llevar a sus mujeres. Para mí, ir a ese pueblo, era como Michael Corleone cuando viaja a Italia, un reencuentro, un volver al seno, a pesar de no conocer mucho de ahí; todos eran amables, inocentes, gente bonita y buena. Ahí vivían las hermanas de mi abuelo, Bertha, Luz y Tonchi, que nunca se casaron, eran como monjas, de sus labios solo emergía paz y solemnidad, a pesar de sólo tener la educación primaria, parecían tener un conocimiento de vida amplísimo. En la casa de repente aparecían tarántulas y la tía Bertha las mataba con una escoba, como si fueran mosquitos. A diario se respiraba el fervor religioso, una tenue melancolía por Jesús Nazareno. Mi abuelo se llamaba Jesús, y una vez me contó que le iba a dar un machetazo a un señor porque no le daba agua, pero resultó que era un fantasma. Las apariciones eran frecuentes en el pueblo que, condenado al olvido, debía crearse sus fantasías y temores locales, no por una necesidad sociológica, sino temperamental, psicológica.

El mayor orgullo de la familia era un miembro que llegó a ser presbítero, un sacerdote misterioso (al menos para mí), que se dice los ayudaba económicamente, y era muy devoto; nació con ello. A diferencia de su hermano sacerdote, mi abuelo era diestro en imponerse a quien fuera, de manera sutil, con elegancia, a pesar de su rústica educación, su manera parca y racional de decir las cosas le ganó el aprecio de muchas personas, era capaz de darle una patada en las bolas al Presidente si se lo merecía, sin más explicación que el sentido común y la justicia, acompañado de un sentido divino de la misma.

Le agarró el gusto al jazz, que escuchaba de un cassette en su grabadora, después de escuchar su radionovela "El derecho de nacer".

Nos legó el sentido común, para quien lo quisiera tomar. Yo rogaba a Dios porque recuperara la vista, y porque mi abuela volviera a caminar, hasta que me cansé de rezar, sentí el abandono de Dios en la escuela básica, que para mí fue un infierno. Mi abuelo nunca aprendió a conducir, pero sabía montar a caballlo, mi abuela sí aprendió a conducir un vochito, pero, después del accidente automovilístico, y  con su problema de diabetes se perdió en un abismo de dolor y demencia del que no regresó. Sin embargo, de repente recordaba nuestro nombres y nos besaba y abrazaba como si no nos hubiera visto en años.

Cuando mi abuelo falleció sólo dejó pagada la renta de la casa, y unos cuantos objetos personales de poco valor, tal como lo hubiera hecho un ilustre filósofo, se fue sin deudas, y evitó la disputa familiar; sin propiedades no hay problemas.

Por aquellos años, o un poco antes tomé conciencia de mi tío "enfermo", dicen que lo envenenaron, porque no se quiso casar con una mujer que se encaprichó con él. Yo debía tener unos siete años cuando me contó sobre el día que se arrojó desde un segundo piso, me lo contó con una sonrisa sardónica y unos ojos extáticos, una voz le llamaba, amigablemente, se asomó a la ventana y un señor de sonrisa bonachona, le dijo, ven, tal vez fue el Diablo en persona, porque lo convenció, se aventó, y después de rebotar sobre unos cables cayó sobre el toldo de un automóvil estacionado, a partir de ahí, lo declararon "loco".

Más que un sumario de acontecimientos, quise poner sobre la mesa mis mayores influencias en la vida, y acontecimientos que considero relevantes para el desarrollo de mi ser. Como esa vez que me salí de mi cuerpo, y una fuerza tremenda me absorbía hacia el infinito. El desdoblamiento astral fue para mí la revelación de un misterio, una confirmación de la futilidad de la vida material, un ocaso del sueño humano, como si fuéramos una coma en el tomo de una enciclopedia enorme.


Mundos Imaginarios:

La mayoría de las personas pueden cumplir sus sueños, la mayoría de esos sueños son simples y terrenales. Obtener un buen empleo, tener esclavos a su servicio, comer platillos exóticos, aventarse en paracaídas, etc. es decir, sueños vulgares y corrientes. La democratización de la vulgaridad llegó de la mano de la medianía del gusto y las expectativas a nivel mundial. A nadie sorprende que un don nadie, de la noche a la mañana se convierta en un gurú empresarial, y tal vez en un exitoso youtuber que da consejos sobre superación personal y emprendimiento. Mismos gustos, mismos peinados, tatuajes, misma palabras, ¿quién no ha dicho "yo me vendo"? Las ventas son un pretexto de la humillación autoinfligida. Líderes vacuos  y predecibles, canciones cada vez más básicas y sencillas, ahuecadas, dictadura del entretenimiento por streaming, cabezas limitadas y miméticas, números y dinero fácil, catapulta de imbéciles sin autocontrol, Estandarización del conocimiento.

La mayoría de las personas basan sus creencias últimas en su confort diario, un día adoran al Diablo, otro día a su dios, pero casi siempre se hacen los listillos que pueden vérselas por sí mismos, hasta que la desgracia cae sobre su persona, entonces todo se derrumba, y con el alma lacerada y mancillada se vuelven dignos corderitos de una película cursi y ridícula. Cada vez es más difícil encontrar a una persona auténtica y soñadora, un ser enquistado en el devenir incierto, capaz de sondear el infortunio y regresar con una carcajada en una mano, y con el corazón destrozado en la otra. Al contrario de lo que se pensaba antaño, ya no es difícil la comunicación entre dos individuos, ni entre naciones. Nada es más fácil y automático que la comunicación entre idiotas y mezquinos.

 

A veces extraño la Guerra Fría, ese mundo imaginario que nos sumergía en fuerzas creativas, para bien o para mal. La insensatez y la soberbia lujuria del timonel orgulloso e impredecible, la posibilidad de otro devenir, la promesa del cambio, una obra de arte escandalosa, un disparo que proviene del abismo; ahora nosotros somos el abismo, tirando dardos a una pared de fotografías horrendas.

Prefiero ser un idiota, un perro apaleado en este teatro del absurdo, ser absuelto por estupidez y no premiado por complicidad. Yo me largo, tal vez en otra vida regrese como Jesucristo o el nuevo Jimi Hendrix, lo más seguro es que reencarne en cucaracha, es para lo que estoy entrenado. De cualquier manera les quiero dejar un lindo recuerdo. Si alguien lee estas líneas, puede estar seguro que, éste que escribe no fue un rajón ni un cobarde, si me ponen de frente con el Creador le daré duro con el puño cerrado. No me considero un vagabundo, pero en tiempos de canallas ,más vale no deberle nada a nadie.


Estas fueron mis últimas líneas, antes de volarme los sesos, y unirme a los Pajeros del Metaverso, organización psicoastral- postmortem encargada de colectar y rescatar escritos que nunca salieron a la luz con el único fin de darlos a conocer por cualquier medio a las conciencias cooptadas por el Vurt (Jeff Noon reloaded). La organización me pidió que lo publicara por este medio, yo vengo del futuro, sólo de visita jeje.

Nos vemos en el infierno chaval, te traes un disco de Robert Johnson.




 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 9 de febrero de 2022

Drake el cerdito valiente

Veo a una juventud desesperada, avocada en construir un espantapájaros con los restos de un pasado romántico, los veo convertirse en líderes, en remedos de empresarios, emprendiendo tareas ridículas, poniendo su ladrillo para un futuro que no les pertenece.

Déjame decirte algo chaval, comencé a ser feliz cuando dejé de competir, cuando me convertí en un atleta del conformismo, un arma letal contra el capitalismo Avant-garde. Fracasé como ciudadano, pero no como ser humano, siempre se puede caer más bajo, Dios nos bendijo con esa condición.

No hay nada más simple y llano que la muerte; a su lado, un diminuto punto negro es un escándalo barroco, no temas a la caída, el barril no tiene fondo.

Es el tiempo de los viejos, viejos por doquier dando órdenes en todos lados, hasta en la maldita almohada, pero sabes qué maestro, estamos solos en el universo, limítate a tu propio tiempo, estamos desapareciendo, y en cuanto a los viejos no les hagas caso, no importa que sea el viejo número uno, sabes a quién me refiero, al que organizó todo esto. Necesitamos más jóvenes enamorados, de esos suicidas que amanecen colgados en un puente medio despintado, ¿alguna vez has entrado a un manicomio? Jajaja pero a los de verdad, no a esas iglesias llenas de suicidas sin pelotas, exacto, necesitamos pelotas para cargar con este peso de tiempos apocados.

Y antes de que te vayas chaval, no te creas que no te escucho, pero créeme, la verdad es transitoria, en un par de horas estarás follando con esa chica que tanto te gusta. Así como los perros, follan, se van y salen a buscar comida, pero nuestro alimento no es solo terrenal, creo que tú me entiendes...

Esas fueron las palabras  que Drake guardó en su joven corazón . Nació cerdito, pero las palabras de el señor León le conmovieron hasta las entrañas. A pesar de todos los privilegios que mecieron su esperado nacimiento, a temprana edad se decantó por las buenas causas, y la duda fue su moneda de cambio ante cualquier situación mundana y metafísica.

León, el jardinero, fue ejecutado cuando se negó a participar en las faenas diarias, nunca intentó enmendar su error. Los demás animales de la granja fueron testigos de su muerte, y no dudaron en ponerse a trabajar. Lo acusaron de bestialismo, cuando se le vio hablando con los animales. Pero Drake, el cerdito valiente, no cedió, y derribó de un empujón a su amo. Todos lo tomaron a broma, y lo "castigaron" colgándole la medalla de "miembro distinguido" de la granja. 

Los padres de Drake, cerdos de raela, eran ampliamente reconocidos en todo el país. Sus dotes para la crianza y las buenas maneras eran imitadas por los demás cerdos, que se regocijaban por su buen gusto a la hora de elegir el lodo. La esmerada educación que le proporcionaron a Drake se hacía evidente a la hora de presentarse en público, el hocico orgulloso, que apuntalaba su sagaz mirada, era el remate perfecto de su osada personalidad, siempre al acecho del error y la mentira.

Drake era consciente de su elevada posición dentro de la granja, de sus privilegios inauditos, como el comer en la mesa con sus amos, los señores de la casa. Y su pensamiento se debatía, entre la justicia y el honor de pertenecer a la alta sociedad animal. 

Cada día se hacía más pesado, cada respiro era un gesto de hipocresía, y cada privilegio era una serpiente en la boca, buscando salir hacia el exterior. Cada mimo era una falsa moneda, que hacía palidecer su honor, así que, un día cualquiera, en vez de mostrar su rosado trasero a los invitados, decidió arrojarse al arroyo que circundaba la granja, no gritó ni gruñió, pero a pesar de todo, nunca pudo quitarse la medalla de "Miembro Distinguido".

Todos creyeron que fue un accidente, sus amigos cerditos aún creen que deseaba convertirse en el numero uno de la estirpe animal. Nadie fue capaz de ver su sincero heroísmo trágico, tal vez porque sus pensamientos siempre reposaron sobre lujos materiales. A pesar del disgusto y el asco hacia los privilegios, jamás los abandonó para sumergirse en el fango de la mendicidad y la mediocridad existencial. Su capacidad para distinguir el buen lodo nunca fue mermada.

Lluvia de verano que en sueños galopa

Soles aguados y cristales de salvia

Finiquita tu ojo pardo, gallardo

Y encuentra, entre todo el holocausto

¡El susurro del canto anunciado!

Fueron sus últimas palabras, grabadas sobre una vieja hoja de papel. Drake, aunque rudamente, sabía escribir.