¿Qué son los sueños sino la
realidad perfeccionada? Un sueño profundo, vívido y claro, sobresalta a los
humanos, porque no pueden concebir tal grandeza de la verdad misma. "La Tentación
de San Antonio" de Salvador Dalí es eso, un pedazo en bruto de realidad,
que se explica por sí misma, y cuando el lenguaje oral busca definirlo, la
razón tartamudea y se echa para atrás.
La división del cielo, tal como
la describe Swedenborg, es sólo un acercamiento superficial a lo que sucede en
lo suprahumano. Swedenborg mismo nos dice que es imposible describir con
exactitud lo que vio allá. Nos cuenta que en la división perteneciente al Cielo
Central con los ángeles más puros, hay tal armonía que la razón se confunde con
la sensualidad; es el amor puro.
Cuando tuve oportunidad de
visitar esos terrenos, desconocidos para
la mayoría de los seres humanos, fui presa del terror, pues como Swedenborg ya
había advertido, sólo los individuos más nobles y superiores pueden reconocerse
entre sí, y cuando algún intruso de sentimientos más bajos llega ahí,
inmediatamente cree que está solo y se pregunta si no es un sueño o se ha
vuelto loco, o peor aún: si no es la víspera de su muerte. El Espíritu Santo es
el comunismo del Cielo, y sus habitantes viven en función del prójimo, en un
sentido Dialéctico (véase Hegel), lo que para nosotros se proyecta en la
definición del individuo, en ellos se manifiesta en la definición del todo. Si
una paloma vuela, es porque el Sol así lo quiso, pero el Sol no se piensa a sí
mismo, sino que voluntariamente ejerce una acción que previamente se tomó
colectivamente.
Con la ayuda de un halo divino,
pude recobrar fuerzas, para comprender y ver que estaba con los ángeles
superiores, que me acariciaban con su indiferencia (no es indiferencia como la
conocemos sino un mutuo acuerdo de no molestar a los semejantes), y cuando
llegaba a ver a alguno a los ojos sólo me cegaba una luz tan radiante que me
quedaba en pantalla blanca por segundos. Mis oídos mal acostumbrados al rock and roll más pantanoso, pudieron
percibir poco a poco que en ese momento sonaba "Opus 40" de Mercury
Rev, lo cual no me causó sorpresa, pues mi corazón ya sospechaba que iría a
terreno desconocido, y él mismo se encargó de poner las cosas en su lugar,
¿solipsismo? no, más bien el último esfuerzo de la memoria por acercarse a las
cuevas más profundas, que desembocan en el éter y los caminos del infinito. Aquí los locos terminan peor y los cuerdos se mueven en cuerda floja.
Mercury Rev sonó durante mi
pequeño viaje, y sentí lo ligero del aire, mis pasos no pesaban y mis ojos
brillaban como aguas vírgenes. Nunca olvidaré el alivio que sentí en ese
momento. No pasé por el llamado "Mundo de los Espíritus", donde según
Swedenborg, pasaremos todos una vez que la muerte nos cuelgue a los hombros;
para posteriormente ser llevados al Cielo, o a algún lugar del Infierno, donde
casi todos terminan; "La mayoría de los hombres son malos" (Bías de
Priene).
En un pequeño estudio
sociológico, limitado a los conocimientos adquiridos en lo mundano, levanté una
encuesta, que arrojó como resultado que una de las pocas bandas de pop que se escuchan ahí es Mercury Rev,
y el disco favorito resultó se "Deserter's Songs", desconozco el
porqué, pero creo que la música habla por sí misma.
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