sábado, 28 de enero de 2012

Señores cierren el pico que están sonando The Beatles

Cuántas veces no nos hartan programas de radio como "El Club De los Beatles". Pero no es tanto la culpa de grupo sino de los que idolatran al cuarteto de Liverpool como si fueran de otro mundo, lo que les impide ver sus límites y contradicciones tanto comerciales (y musicalmente) como de postura política. Pero cuando encuadramos al grupo en su justa dimensión, tenemos que es un grupazo, un grupo que llevó y contribuyó a establecer los límites del llamado Britpop.

Un disco, que para mí marcó tendencia tanto musical como en términos del concepto del pop (1965) fue "Rubber Soul", pues es un disco que marca una tendencia más pop en el buen sentido, porque se aleja más de lo que se venía haciendo, sus rolas suenan más complicadas y es un preámbulo a lo que vendría después con "Revolver" y posteriores. Es bueno recordar, que antes del 66, la psicodelia no irrumpía en su versión escandalosa, como lo harían los 13th Floor Elevators o Pink Floyd por ejemplo. Pero las bases de ello la pusieron grupos como The Beatles, que a pesar de ser llamados "fresas", establecieron pautas para el porvenir musical en ciertas facetas pop. Este disco no aburre, cuenta con matices tan ricos y variedades sonoras, que le tumbaría el puesto a cualquier grupo actual  o de los últimos 10 años, sin temor a exagerar.

Una belleza absoluta, una obra que deslumbra por la eternidad de cada una de las canciones, me inclino con respeto y de paso voy por una bebida acorde con la alteza de esta música. No quiero decir más, me enorgullece compartir esta música tan hermosa, tan sencilla como elaborada. A salud del cuarteto de Liverpool.

lunes, 23 de enero de 2012

Señoritas deberían aprender a bailar con esta música

Alcohol en exceso, nubes de tabaco aposentadas en las caras de los libertinos, que si no tienen unas cuantas drogas en la chaqueta,  traen un revolver dispuesto a hablar en cualquier momento. Ese era el ambiente de aquellas épocas que se vivían en Las Vegas (a mediados de los 50’s y principios de los 60’s), aquel sitio donde el sueño americano se convertía en pesadilla, donde el verdugo exprime hasta la última gota de su víctima. Le saca los últimos centavos, pero qué importa, las mujeres en bikini, sacan una sonrisa socarrona a los bribones que pululan por allí, las musas del infierno, bailan y bailan striptease.

Le traigo estimado lector, una colección de canciones realmente impactante, que le transportarán a aquella época, a aquellos lugares e imágenes que aparecen en “Miedo y asco en Las Vegas”, del loco Hunter S.Thompson. Lo que despide esta música son excesos, sexo-servidoras, agandalle, un frenético gusto por el alcohol y elegancia también, pero ante todo, despide el espíritu de un tiempo que no regresará, una época tan intensa, como inocente, porque la gente de aquellos lares, sólo quería divertirse un poco más.

Estos, discos, porque son dos, me emocionaron bastante, fue una revelación para mí, una colección de canciones que muestran la originalidad y a intensidad con que se vivía por allí en esos años, un auténtico petardazo de sonidos y revolcadero de cerdos. No tengo más palabras, la música de estos discos es demasiado buena, demasiada mala leche. A disfrutar con la bebida adecuada. ¡Salud!

De última hora, acaban de tumbar el link para la parte dos, gracias a los cerdos de …. Ya ni pepes.


https://rs631l33.rapidshare.com/#!download|631tl|215674678|Las_Vegas_Grind__Pt._1.rar|150785|R~DE1BC95E57CFD22D95F72EB9AE63FF33|0|0

domingo, 15 de enero de 2012

Bajo el efecto de ciertas sustancias, a veces salen cosas buenas, Thomas de Quincey es la prueba fehaciente

Cuando un grupo se estanca en un "esquema musical", tiende a aburrir tarde o temprano. Ya sea por falta de creatividad o por conveniencia, muchos grupos terminan sus días porque ya no dan para más.

Me imagino que en los 70's debido a la cantidad de propuestas musicales, era harto difícil mantener la suya propia, porque los tiempos iban en movimientos vertiginosos, y la nueva tendencia musical podía provenir del lugar menos pensado.

Juicy Lucy, se podría decir, fue una banda "mediana", no porque fueran malos, sino porque perteneció a esa camada de grupos psicodélicos que se fueron perdiendo en las sombras, mientras que ciertos grupos se apropiaron del terreno comercial y del recuerdo de las masas. 

Este grupo marcó una distancia musical considerable, respecto de su primer disco, pues mientras que empezaron inclinándose más al blues-rock, en el segundo álbum tenemos muestras de progresivo y otros sonidos enfermos, propios de bandas inventivas y propositivas. En este segundo álbum, titulado "Lie Back and Enjoy It" (1970) encontramos hasta un cover a "Willie the Pimp" del primer álbum solista de Frank Zappa, el "Hot Rats" (1969), un disco enloquecido y cargado de sonidos que desafían al más intrépido.

Con rasgos de soul, funk y de blues, este álbum emana olor a "la gran verde", invocando a los más ortodoxos de la "música negra" estadounidense. En verdad, es un disco muy recomendable, para los tercos que se aferran a los viejo, y resisten escuchar a Interpol o Coldplay. Así que saque un buen carruco y deje volar su imaginación, porque la música se presta para ello.


http://www.multiupload.com/JD350O2S70

domingo, 8 de enero de 2012

¿De qué juventud estamos hablando señor?

Hace un par de días leí un artículo sobre la llamada revolución de las redes sociales, de Malcolm Gladwell, un sociólogo norteamericano. En tal texto aborda la falacia que implican  redes como Twitter y Facebook para logar cambios profundos en la sociedad, cuando se trata de resistencia civil, o desobediencia civil.  El punto medular de su argumentación, radica en el compromiso adquirido de las personas para participar en una protesta dada, pues dice que entre menos sea el riesgo de sufrir un agravio a su integridad física o moral, mayor será la participación de la persona. Esto lo comento, por la apología que comúnmente escuchamos en los principales medios de comunicación, arguyendo que gracias a estas redes sociales, el poder ciudadano se ha multiplicado. Pero lo que vemos más bien es una especie de saco donde cabe de todo, es decir, la diferencia y la oposición se quedan en el muro de Facebook, totalmente bañados en cloro sin ninguna posibilidad de realización, o lo que es lo mismo, el statu quo sale victorioso sin oposición.

Mis días en la UAM Azcapotzalco, cuando cursaba la carrera de Sociología, me enseñaron que la hipocresía es el elemento más abundante en las aulas y fuera de ellas. Cada quien quería un pedazo del hueso. Ya sea una beca o una ayudadita del profesor para conectarse laboralmente, mientras lo más importante, el estudio, quedaba en segundo plano. Las personas más inteligentes que conocí se quedaron en el olvido, mientras que los más fanfarrones y por lo tanto menos inteligentes, son los que triunfaron en ese ámbito “académico”.  Estas personas “victoriosas” eran los “grillos” –que por lo regular lo fueron también mientras estudiaban el bachillerato-que no entraban a clase, o cuando entraban, no tenían la menor idea de los temas discutidos, pero eran hábiles para embaucar a jóvenes indecisos, sin criterio propio, para sus propios fines, y así por medio de Facebook o Twitter alentaban a la “lucha estudiantil”.

Así, como lo ha mencionado el señor Gladwell, tales redes sociales, más que incitar a un verdadero cambio como lo fue en los 60’s o 70’s, son versiones edulcoradas, que han servido para que unos charlatanes saquen provecho de temas que antes no tendría sentido mencionar.

En la música, lo que tenemos son etiquetas que ya no significan nada, pero que sirven para apaciguar las ansias de “ser algo” de muchos jóvenes, etiquetas que se llevan muy bien con el carácter de tales redes sociales, que promueven una identidad sin sentido alguno, y por lo tanto sin futuro.

Aún así, hay quienes guardan respeto por lo que sucedió en los viejos tiempos del rock, cuando la música se hacía con honestidad. Y cuando hablo de honestidad me refiero a personajes tan importantes como Van Morrison, quien ya había dado muestras de su talento cuando compuso el legendario tema “Gloria” cuando andaba con los Them, que más tarde harían famosos The Doors. Van Morrison nunca ha sido alguien que acapare reflectores, pero la lista de músicos que lo respetan incluye a gente de calibre pesado.

El disco que les traigo es su tercer disco en su carrera como solista, un disco íntimo, que abreva tanto del jazz, como del R&B, volcando piezas pop trabajadas, hermosas, que no decepcionan nunca. “Moondance”(1970), es un disco que salió cuando bandas como Led Zeppelin, Grand Funk y Black Sabbath estaban en pleno auge, por lo que este disco pasó prácticamente desapercibido.

No se diga más, escuchemos este hermoso disco, que hará felices a los amates del jazz suavecito y con sabor a café, pero también a los que gustan de las melodías poperas bien trabajadas.