domingo, 25 de septiembre de 2011

Del D.F. para el mundo

¿Qué es lo que hace a la ciudad de México? yo creo que son sus mercados, su vida popular, sus puestos de comida insalubre, el metro, la violencia en las calles, sus cantinas, las riñas callejeras... y por su puesto, su vida musical es representativa, y no lo digo por los mariachis, sino por una banda que a mi parecer era  reflejo fiel de lo que se vivía -allá por los 90's- y se vive en esta caótica ciudad, ellos son: Intestino Grueso.

Con un nombre tan sugerente, ya se puede hacer una idea de lo que hacían estos canallas. El único disco que sacaron se titula: Ah que juventud tan cotorrona, y contiene 18 temas sin desperdicio.

Lo suyo es un rock and roll que va directo a la yugular, salvaje, sucio, sin concesiones de ninguna índole, porque lo único que querían, era valer madre y aporrear sus instrumentos de la manera más ruda posible.

Si usted es adicto a los tacos de tripa con harta grasa, y acostumbra acompañarlos con una coca-cola fría, y además, no le interesa degustarlos en medio de una nube de mugre  despedida por cientos de automóviles que no pasaron las normas mínimas de verificación vehicular, es porque ya está acostumbrado a la vida bárbara de esta ciudad, y no dudo que se sienta atraído por este rock "garagero" de a tres pesos. Así que lo invito a escuchar a este grupo, que es perfecto para molestar a sus vecinos, sobre todo a esos que les gusta sintonizar la hora de Luis Miguel.


lunes, 19 de septiembre de 2011

El padrote de la guitarra sigue vivo

De un tiempo para acá, se ha fomentado entre los críticos de música, la mala costumbre de llamar "genio" a cualquier grupo o cantante, sin una revisión cabal de su trabajo. Esto se debe, por una parte, a un pobre bagaje cultural, y/o a la urgencia inmediata de sobreponer un ídolo musical que haga sombra  a los de verdad grandes.
Es común escuchar a gente haciendo apología de grupos recientes o más o menos nuevos; bajo distintas vertientes del rock se da ésto, por ejemplo con: The White Stripes, Franz Ferdinand, Dream Theater, Pantera, Niirvana... y no lo digo por demeritar a alguno de ellos, sino por el desconocimiento casi total de sus más acérrimos admiradores respecto a  los orígenes del género.

Es importante destacar, que en sus orígenes, el rock and roll tuvo "dificultades culturales y sociales" para instituirse como tal, como música de jóvenes para jóvenes. Así como el blues fue un legado musical de los negros explotados en los EE.UU, el rock and roll se moldeó de acuerdo a contradicciones de toda índole (sociales, culturales, económicas, políticas).

Lo que vemos en tiempos recientes, es una especie de festival de disfraces, sin sustancia alguna; van ejemplos: los emo, los anarco-punks, los dark, y muchos más, que sólo se dedican a cultivar su ego, pero oh paradoja,  imitan a otros. Lo que quiero recalcar, es el hecho de que en algún momento, el rock and roll y después el rock en general, fue subversivo. 

Uno de los creadores de rock and roll más originales y pastosos, fue sin duda Link Wray. Cuando el rock and roll se hizo pesado por grupos como The Who con "My Generation", a The Kinks con " You Really Got Me", a The Yardbirds con "Stroll on", fue gracias a lo que auguraba la guitarra poderosa de Link Wray, y no lo digo yo, sino los mismos guitarristas de los grupos mencionados, pues la música del genio tenía y tiene toda la materia prima para hacer del rock and roll algo denso, es :sencilla, ruda, ruidosa y sobre todo honesta.

Vivimos en un tiempo, en que la música se hace preguntándole a los menos indicados, como los expertos en publicidad  ante ello, tenemos una muestra de cómo hacer las cosas sin darles en la torre, es decir sin mermar la perdurabilidad a través de décadas. Link Wray comenzó a grabar a finales de los 50's y principios de los 60's, pero parece que esa música tan cabrona se grabó ayer, si no me cree, escúchela usted mismo.

martes, 13 de septiembre de 2011

Chicas pónganse minifalda porque ya llegaron los Cramps

A veces no es necesario ser un gran músico para crear buena música, y una prueba fehaciente de ello son The Cramps. El sonido que fueron capaces de proyectar estos verdaderos freaks, fue en realidad una re-interpretación del rock and roll más primitivo, pues le quitaron el sentido meloso y hasta "ingenuo" que poseía en los 50's para revolcarlo en lodo y escupir guitarrazos memorables.

En 1968, el señorón Johnny Cash fue a tocar a una prisión, 10 años después The Cramps lo hicieron en un manicomio, así que ya se imaginará usted de quiénes estamos hablando. El miembro más notable, fue Lux Interior, quien bailaba como loco en un atracón de guitarras cochinas, provenientes de la increíble Poison Ivy, quien además deleitaba con sus caderas pronunciadas.

Muchas veces se  les relaciona con el llamado psychobilly, otros dicen que son garage y no sé qué, pero yo digo que es rock and roll puro de alto octanaje.

Si habría que describir el sonido de The Cramps, diría que es algo así como Elvis Presley bajo los efectos del crackcontorsionándose al son de sonidos endiablados. 

Sin más, les dejo la liga para que bajen el segundo Lp, titulado Psychedelic Jungle (1981).

martes, 6 de septiembre de 2011

Después de unos de pastor, vienen los canapés y el caviar

Esta vez no voy a recomendar rock marrano, sino algo fino, para gustos exquisitos. 

La escena rockera de los 70's, nos dio a varios genios, que fueron determinantes para el futuro de la música; uno de ellos fue el señor Brian Eno, quien ya había dado muestras de lo que era capaz de hacer con su banda Roxy Music, sin embargo, las ambiciones sonoras de Eno iban más allá y decidió emprender su propio camino, que tempranamente le forjó una reputación de cuasi-dios de la música. No es para menos, la aportación de este extraordinario músico es comparable a la de cualquier grande, en todos los géneros y todas las épocas. Ha trabajado con otros genios como David Byrne y David Bowie, por mencionar sólo algunos.

Another Green World (1975) es el título de esta obra maestra presentada por el artista sónico Eno. En este álbum encontramos verdaderas capas sonoras, que se van moldeando entre sí hasta dar forma a verdaderas catedrales sónicas; y para lograrlo, juntó a una serie de músicos de calibre robusto,entre ellos Robert Fripp, y John Cale. Son pocos los discos que a mi parecer son tan perfectos como este, pues no hay desperdicio, hasta la portada es perfecta, armoniza con la música; éste álbum es como una especie de temprano posmodernismo musical, del verdadero, porque ahora sale cualquier pelagatos, alegando que su porquería -performance por ejemplo- se inscribe en el llamado "arte posmoderno".

La experiencia musical por sí sola es abrumadora, pero si quiere ampliar la magnitud del goce, puede hacer uso de alcohol, de preferencia Whisky, o de alguna sustancia prohibida, usted sabrá cual, pero tampoco use thinner, eso ya es muy bajo.

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