lunes, 3 de abril de 2017

Se cambia de establo pero jamás de amo

Una país con futuro fomenta el alcoholismo y el suicidio, el primero como forma de vida y no como deporte, y el segundo como deporte y no como forma de vida. ¿O alguna vez han visto que los gobiernos de ciudadanos alcohólicos y suicidas entablen guerra con sus vecinos? ¿o que destruyan su entorno antes que a sí mismos? El señor dinero necesita gente que no beba, que no piense, que haga mucho ejercicio y se pague su propia tumba.  El Romanticismo Alemán fue un primer intento de salir de las tinieblas, hasta que el temor se apoderó del señor Dinero y se los agrupó en la nación de los desterrados dispuestos a salvar el Destino inmediato y fututo. Querer cambiar el "estado de cosas" fue el desenlace fatal. Gracias Marx por echar a perder todo.

La gente común y corriente piensa que hay un grupo de personas que son dueñas del mundo, de éste. No saben que los jefes del planeta  son sólo siervos de una grupo supraterrenal, al que me referiré como "Ellos".

Ellos no son humanos, Ellos no son mortales, Ellos son la extirpe de la que habló Lovecraft, Ellos son sólo cuatro, Ellos obedecen a un Ser Supremo, al que nombraré como Ello. Ellos sólo se comunican con miradas fijas, Ellos comen carne humana, Ellos nos crearon, Ellos nos configuraron, Ellos nos hicieron creer en la vida, Ellos nos ven como experimento, Ellos también son un experimento, Ello los ama, más a que a nada, porque fueron creados a su imagen y semejanza. Ellos dan las órdenes. Ello siempre está llorando, y nadie lo ha visto. Sólo pude escuchar gemidos como de animal carnívoro, al que le arrebatan la comida. Y los golpes sobre la pared eran secos como los golpes de muerte súbita.

En mi calidad de corresponsal, citado por uno de Ellos, enviaron a un hombre misterioso, mismo que me llevó a una parte del desierto del Namib, en algún lugar totalmente aislado del mismo.  El viaje fue terrible, nunca había sentido tanto calor, y además ¡lo recorrimos a pie! El maldito contacto no quería a ningún ser vivo como testigo. Sólo la arena fue nuestra fiel amiga hacia los pozos desconocidos. Cuando llegamos al lugar indicado, sentí como lentamente la arena se me subía como hormigas, mientras éramos arrastrados mi contacto y yo hacia las profundidades del lugar de encuentro. Todo era arena, y por momentos creí que perecería. Pero increíblemente podía respirar, a lapsos vitales. Desde que llegó a mi despacho, hasta que llegamos con Ellos, el mensajero sólo pronunció estas palabras: Ellos quieren verlo. Y ante la fuerza de sus palabras no pude resistir, supe que era algo grande. Tomé sólo lo necesario, un poco de ropa, dinero, mi identificación, cigarros, una botella de bourbon y mi crucifijo de Ziggy Stardust.

Ellos ordenaron la muerte de Jacobo Grinberg, Ellos educaron en el nivel básico a Carlos Castañeda, Ellos dominan la ciencia, no las mundanas, de las que son hasta cierto punto  ignorantes, sino la ciencia de la vida y la muerte. Ellos pueden matar con la vista, uno de ellos tenía forma humana pero con ojos felinos profundos, amarillentos, tristes, pero atentos a cada movimiento mío, otro no tenía ojos, pero tenía cabeza de Elefante, medio cubierta por una ¿burka? otro de ellos no tenía rostro, era como una sombra, una silueta, y cuando se acercó a mí sentí el frio de una congeladora casera; pero el que me recibió era el más singular de todos, porque era un Asno. El hedor a establo me hizo recordar mis viajes primeros viajes a provincia, cuando las falenas con alas de 40 centímetros vigilaban mi cuarto, y los burros entraban a la casa cual huéspedes distinguidos.

Por entre la servidumbre pude ver a Carlos Slim, quien nos sirvió las bebidas con la rapidez de un Sanborns. La que pensé era la barrendera, era Donald Trump que refunfuñaba mientras limpiaba todo a nuestro paso, y brincaba como perrito cuando le aventaban unas ¿nueces? doradas. Cada vez que terminaba mi trago del líquido que sabía a agua, parecía agua,   mi cerebro hervía como huevo en agua, y los colores de mi visión era el preámbulo a una visión totalmente esclarecedora. Me comunicaba con la simple mirada, y ellos me respondían también en miradas. La comunicación precisa de pesadillas era clara y sintética. No hay nada más ordenado  que las pesadillas.

Sí, Arthur Machen los vio, y esas sociedades secretas aún existen. Hay miembros esparcidos por todo el mundo que se han reunido con Ellos. Y la razón por la que fui invitado es porque necesitaban un informe sobre las consecuencias del rock and roll en la juventud. Y al quedar satisfechos con la decadencia de los jóvenes, pensaron Ellos que el rock debía desaparecer, pues ya había cumplido su misión de canalizar el descontento juvenil y materializarlo en mercancía consumible-espiritual , preferentemente empacada en actitudes y modas predecibles.


Ellos crean todo lo que amamos, dan la idea con una mirada y sus fieles servidores las ponen en acción. Todo el conjunto de redes sociales que nos abruman son consecuencia de sus negros pensamientos.  Ya iban a dictar la sentencia de muerte al  rock and roll dentro de la infantil aspiración del ser humano para ser libre, cuando sonó mi teléfono celular, era la alarma, y la canción que sonó era "Shotgun in my mouth" de Haunted George; después vi que por ahí estaba sentado William Hodgson y movía el pie al ritmo de la canción. Eso fue suficiente para que Ellos decidieran darle un soplo más de vida.